El descubrimiento de la agricultura, o cultivo de las plantas nació hace más de 9000 años en los valles del Éufrates y Tigris, lo que sería la zona que ocupan hoy los países de Irak, Siria o sur de Turquía. Posteriormente, unos 7000 años antes A C, se desarrollo ampliamente en el valle del Nilo.
El descubrimiento de la agricultura supuso un paso gigantesco para la Humanidad. El hombre consiguió liberarse del esfuerzo diario de la caza o de la búsqueda de alimentos. Hasta ahora los hombres eran nómadas, es decir no podían vivir en un sitio fijo. La agricultura permitió que el hombre se hiciera sedentario, es decir que pudiera vivir en el mismo sitio.
La agricultura permitió producir y almacenar alimentos, lo que facilitó la distribución del trabajo. Mientras unos trabajadores podían trabajar la tierra, otros podían dedicarse a otros menesteres. Todo ello permitió el nacimiento de la Cultura y de la Civilización.
En la actualidad, casi el 50 % de los trabajadores del mundo se dedican al cultivo de las plantas . La agricultura sigue alimentando a la Humanidad y constituye prácticamente la única fuente directa o indirecta de la producción de alimentos. Solamente pequeñas poblaciones escondidas en la profundidad de los bosques siguen manteniendo primitivos métodos de recolección y caza como método de subsistencia.
Además de producir alimentos, las plantas también son cultivadas en jardinería por su belleza. Cada vez tienen más importancia los minihuertos, incluso en las grandes ciudades, como una manera de producir alimentos ecológicos.
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